Ciudad de México.– La reciente eliminación de aranceles a la industria automotriz, de acero y aluminio entre México y Canadá ha sido interpretada como una señal positiva para la economía regional. Sin embargo, Guillermo Rosales, director de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), advierte que el escenario no es del todo alentador.
Aunque considera que la medida representa una ventaja competitiva para México en el corto plazo, también alerta que el presidente Donald Trump continúa promoviendo una política agresiva de repatriación de industrias, lo que pone en riesgo la permanencia de inversiones y exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos.
Riesgo latente: el “Made in America” de Trump
Rosales recordó que durante su primer mandato, Trump buscó incentivar la producción automotriz en territorio estadounidense mediante amenazas arancelarias y reestructuras de tratados comerciales. Ahora, con su regreso al poder, esas políticas podrían intensificarse:
“No debemos ver la eliminación de aranceles como una victoria definitiva. La presión para regresar la producción a EE.UU. sigue latente y puede afectar las exportaciones mexicanas”, subrayó.
Ventaja temporal, pero sin garantía
Actualmente, México es uno de los mayores exportadores de vehículos y autopartes a Estados Unidos, y cualquier cambio en la política comercial norteamericana podría impactar empleos, inversión extranjera y cadenas de suministro establecidas.
“Es una buena noticia, sí, pero hay que mantener cautela. La industria necesita certidumbre a largo plazo”, enfatizó Rosales.
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