MALOLOS, FILIPINAS.— Ni el tifón Whipa ni la iglesia inundada impidieron que Jade Rick Verdillo y Jamaica Aguilar cumplieran su promesa de amor. Este martes 22 de julio, mientras las lluvias provocadas por el tifón azotaban la provincia de Bulacan, la pareja decidió seguir adelante con su boda, aún cuando la iglesia de Barasoain estaba cubierta por el agua.
Su historia ha conmovido a miles en redes sociales, luego de que circularan imágenes del momento en que Jamaica caminó por el pasillo inundado, con su vestido flotando en el agua y su sonrisa firme frente al altar.
La decisión de continuar con la ceremonia a pesar de las condiciones adversas fue clara para ambos.
“Acabamos de reunir el coraje necesario”, dijo el novio, Verdillo. “Este día ya era un sacrificio, pero lo sería aún más si no lo hiciéramos”.
Vestido con el tradicional Barong Tagalog, camisa de gala filipina, Jade esperó a su novia, quien llegó con la cola del vestido flotando tras ella, con el agua casi a las rodillas. Aunque la escena parecía sacada de una película, era una muestra real de compromiso y resiliencia.
Jade y Jamaica llevan una década juntos, pero su boda quedará marcada como una de las más especiales. La iglesia barroca del siglo XIX —declarada sitio histórico— no se salvó de las lluvias monzónicas intensificadas por el tifón. Sin embargo, lo que para muchos habría sido una tragedia, para ellos fue una muestra de amor a prueba de tormentas.
“Siento que los desafíos no terminarán. Esta es solo una prueba”, dijo el novio. La boda continuó con la presencia de invitados que, descalzos y empapados, fueron testigos de una ceremonia única.
La historia fue compartida en televisión y redes sociales por medios locales como GMA News y ABS-CBN, generando reacciones positivas y aplausos de internautas de todo el mundo.
“Verán que el amor prevaleció porque, a pesar del mal tiempo, las tormentas, las lluvias y las inundaciones, la boda continuó”, dijo uno de los invitados, Jiggo Santos.
Las imágenes de la novia avanzando por el agua con una sonrisa han sido replicadas por miles, generando un mensaje esperanzador en medio de días difíciles por los desastres naturales en el país asiático.
Esta boda no solo simbolizó el amor de una pareja. Para muchos, fue una metáfora viva del matrimonio: caminar juntos aunque el camino esté cubierto de agua, enfrentar las tormentas unidos y no dejar que las adversidades arruinen los momentos más importantes.
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