RIOBAMBA, ECUADOR — La grabación de apenas unos segundos que muestra a dos niños y una mujer adulta viajando en la cajuela de un autobús interprovincial ha generado indignación nacional e internacional. Las imágenes captadas por automovilistas muestran el momento en que la compuerta trasera del vehículo se abre, revelando a las tres personas hacinadas y sin ningún tipo de seguridad, en condiciones inhumanas y extremadamente peligrosas.
El hecho ocurrió durante este periodo vacacional en plena luz del día y en medio del tráfico, en una unidad de transporte que no contaba con luz, ventilación ni asientos adecuados en esa zona del vehículo.
Según denunció la cuenta especializada Comunitario Ec, las víctimas no contaban con asientos, no podían mirar por las ventanas y no recibieron agua ni alimentos. Viajaban en la misma zona destinada para maletas, sin ninguna garantía mínima de dignidad o protección, mucho menos de seguridad vial.
“Iban como si su vida valiera lo mismo que una maleta extraviada”, denunció el colectivo.
La denuncia también incluye una fuerte crítica al Estado ecuatoriano, señalando que este tipo de abusos siguen ocurriendo en un país que presume ser garante de los derechos de la niñez y la movilidad segura.
Las autoridades de tránsito y control confirmaron la apertura de una investigación para sancionar a la cooperativa de transporte responsable del autobús, cuya identidad ya fue establecida, aunque aún no se ha revelado públicamente.
El caso podría derivar en multas económicas severas, retiro de concesión y acciones penales si se confirma que hubo omisión deliberada por parte del conductor y la empresa.
“La pregunta que aún no tiene eco es la más urgente: ¿cómo llegó este bus a circular así, sin que nadie lo detuviera antes?”, cuestiona el reporte publicado en redes sociales.
El transporte de personas en zonas no habilitadas de un vehículo representa un alto riesgo de asfixia, lesiones o incluso muerte, especialmente en menores de edad. Expertos en seguridad vial advierten que un frenado abrupto, un choque, o una fuga de gases en espacios cerrados puede ser fatal.
Además, el hecho de que esto ocurriera durante el día, en una vía transitada, y sin que ninguna autoridad lo detectara, representa una falla estructural en los controles viales.
Este caso se suma a una larga lista de violaciones a los derechos de la niñez en contextos de movilidad y pobreza, donde familias sin recursos o con limitadas opciones de transporte, se ven obligadas a aceptar condiciones precarias para viajar.
“Este no es un hecho aislado, es el reflejo de una cadena de negligencia que va desde la empresa transportista hasta las autoridades reguladoras, pasando por la ausencia de inspección preventiva”, señala un activista de derechos humanos en Riobamba.
El video, que se volvió viral en Instagram y X (antes Twitter), ha desatado una ola de comentarios condenando los hechos y exigiendo acciones contundentes y ejemplares. También ha motivado a otros usuarios a compartir situaciones similares vividas en rutas rurales y provinciales de Ecuador.
El Código Orgánico Integral Penal (COIP) tipifica como delito poner en riesgo la integridad de menores de edad, especialmente si esto ocurre en el ámbito del transporte público. Las sanciones pueden incluir:
Cancelación de permisos de operación.
Multas económicas elevadas.
Cargos penales por trato cruel o inhumano si se demuestra negligencia deliberada.
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