México.-La tarde del domingo, la violencia se desató en un bullicioso sector de Culiacán. Un grupo de sicarios, a bordo de al menos cuatro vehículos, rodearon y atacaron a una familia que viajaba en una Jeep Rubicón roja por el fraccionamiento Valle Alto.
El horror se materializó minutos antes de las 13:00 horas, cuando los individuos armados iniciaron una lluvia de disparos dirigidos hacia la familia. El resultado fue devastador: un niño sufrió una letal herida de bala. A pesar de los desesperados intentos de la familia por trasladarlo en busca de atención médica, el pequeño perdió la vida.
En Sinaloa, la triste realidad es que los niños y niñas se ven ineludiblemente conectados con la violencia. Un ejemplo reciente: este fin de semana, una pareja que llevaba a un niño perpetró un asalto a una tienda de abarrotes en la comisaría de Gabriel Leyva Solano, Guasave. En su intento de escapar, hirieron al propietario con un arma de fuego, revelando una vez más la alarmante participación de menores en actos delictivos en la región.
También destaca el caso ocurrido en octubre de 2023, un niño, de 13 años, fue secuestrado en Culiacán y posteriormente encontrado sin vida entre los ocho cuerpos abandonados en las calles de Tamazula, Durango.
Este fin de semana estuvo marcado por la violencia en Sinaloa, ya que también se reportó el hallazgo de una persona sin vida en las riberas del río Sinaloa en Guasave. Su cuerpo presentaba signos de tortura.
Asimismo, una mujer ingresó al Hospital General de Los Mochis después de ser atacada a balazos, supuestamente por un familiar, durante un incidente en un domicilio en la sierra del municipio de Choix.
En Guamúchil, dos hombres murieron por impactos en el poblado Los Letreros, perteneciente a la sindicatura de San Benito, Mocorito. Las víctimas fueron identificadas como Arcadio “M”, de 41 años y José Manuel “A” de 77 años.
Con Información de Comunicado