Ataque armado interrumpe celebración en Atlatlahucan; autoridades investigan posible venganza ligada al narcomenudeo
Atlatlahucan, Morelos.– Lo que debía ser una noche de alegría terminó en una tragedia irreparable. Una fiesta de graduación celebrada en un domicilio del poblado San Miguel Tlaltetelco, municipio de Atlatlahucan, fue interrumpida por un ataque armado que dejó tres personas muertas, entre ellas un adolescente recién graduado de secundaria, su madre y su tío.
De acuerdo con los primeros reportes, un grupo de hombres armados se aproximó a una ventana de la vivienda, sacaron sus armas y abrieron fuego contra los asistentes, quienes se encontraban festejando el logro académico del joven.
“Esto no duró más de 20 o 30 segundos. Los casquillos cayeron al interior de un lavadero, lejos del lugar de la agresión”, explicó Miguel Ángel Urrutia, secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana de Morelos.
La pareja del joven estudiante también resultó herida de bala en una pierna, pero sobrevivió al ataque y fue trasladada a un hospital de la zona.
Las autoridades estatales investigan el crimen como un posible acto de venganza, vinculado a antecedentes relacionados con la venta de drogas por parte de algunos integrantes de la familia de las víctimas.
El propio secretario Urrutia confirmó que el domicilio donde ocurrió la agresión fue cateado en 2022, en un operativo donde fueron detenidos varios familiares del joven asesinado.
“Pudo haber sido una tragedia mayor, estaban conviviendo, había muchas personas reunidas”, agregó el funcionario.
Los tres fallecidos fueron identificados como:
El joven graduado, de nivel secundaria.
Su madre, de aproximadamente 40 años.
Su tío, hermano de la mujer asesinada.
La Fiscalía General del Estado abrió una carpeta de investigación por homicidio calificado, y ya trabaja en el análisis de videos de cámaras cercanas y entrevistas a los asistentes para identificar a los agresores.
Este caso marca la segunda tragedia en fiestas de graduación en México durante el mes de julio. Apenas el pasado 15 de julio, una balacera interrumpió otra celebración estudiantil en el municipio de Comondú, Baja California Sur, cuando estudiantes de secundaria festejaban la clausura de su ciclo escolar.
En ambos casos, la violencia irrumpió en espacios que debieron ser motivo de alegría, dejando una vez más en evidencia la fragilidad de la seguridad en eventos sociales, incluso los protagonizados por menores de edad.
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