“Quisiera que no existiera el 10 de mayo”: madre buscadora revive el dolor de la ausencia

Irapuato, Gto. – Para Verónica Durán, el Día de las Madres dejó de tener sentido en 2019. Ese año, su hijo Iván Arturo Silva, de 18 años, fue privado de la libertad por un grupo armado en la colonia 12 de Diciembre, en Irapuato. Desde entonces, su vida cambió para siempre: uno de sus hijos fue asesinado y el otro continúa desaparecido.

Con la voz entrecortada, Verónica confiesa que cada 10 de mayo le duele más la ausencia que la celebración.

“Amo a mis hijos con todo mi corazón… pero hay veces que quisiera que no existiera el 10 de mayo. Sentir este dolor es muy difícil”, compartió.

El secuestro y la búsqueda incansable

La madrugada del 24 de noviembre de 2019, Iván salió de su casa a comprar tacos. Sujetos armados que viajaban en tres camionetas lo confundieron y se lo llevaron junto a otras tres personas. Solo una de las víctimas fue liberada. Desde entonces, Verónica tomó una pala y un pico y comenzó a buscar por su cuenta, integrándose en 2021 al colectivo “Hasta Encontrarte”.

Desde su fundación, el colectivo ha sido clave en la localización de fosas clandestinas en Guanajuato, pese a las constantes omisiones y negligencias por parte de las autoridades.

Una gorra, una esperanza

Recientemente, durante un hallazgo en el rancho Teuchitlán, en Jalisco, Verónica reconoció entre los objetos encontrados una gorra negra igual a la que usaba su hijo. Solicitó una prueba de ADN a la Fiscalía de Guanajuato, pero hasta el momento no ha recibido respuesta ni ha sido citada oficialmente.

“No puedo decir que es la gorra de mi hijo, pero tampoco puedo descartarlo. La angustia me está matando”, denunció.

La lucha por verdad y justicia

A casi cinco años de la desaparición, Verónica sigue motivada por la esperanza de encontrar a su hijo y por el deseo de que ninguna otra madre tenga que vivir lo que ella ha sufrido. En cada búsqueda, no solo cava en la tierra, cava también en su dolor, buscando verdad, justicia y consuelo.

Iván Arturo Silva tenía 18 años, tez morena clara, complexión delgada y tres tatuajes como señas particulares:

• Calavera en el brazo derecho

• “2017” en la pantorrilla derecha

• “1990” en la pantorrilla izquierda

---

Sigue las historias de madres buscadoras y la lucha contra la desaparición forzada en xjuarez.com
Activa las notificaciones para conocer más voces que buscan justicia.