El caso ha generado polémica internacional por ser deportado a un país del que no es originario
JUBA, SUDÁN DEL SUR.- El Gobierno de Sudán del Sur confirmó este miércoles la llegada de ocho migrantes deportados desde Estados Unidos, entre los que se encuentra un ciudadano mexicano, Jesús Muñoz Gutiérrez, según detallaron medios internacionales y un comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores del país africano.
La repatriación ocurrió el 5 de julio en el Aeropuerto Internacional de Juba, bajo los procedimientos estándar de deportación facilitados por el gobierno estadounidense. De los ocho deportados, solo uno era nacional de Sudán del Sur, mientras que los demás provenían de México, Cuba, Laos, Birmania y Vietnam.
De acuerdo con el reporte oficial, los migrantes habían permanecido retenidos desde finales de mayo en una base militar de EE.UU. en Yibuti, luego de que un tribunal distrital estadounidense emitiera una orden para frenar las deportaciones a terceros países. No obstante, la medida fue revertida por la Corte Suprema de Estados Unidos, lo que permitió la reanudación del traslado.
El caso de Jesús Muñoz Gutiérrez ha generado una fuerte controversia debido a que fue deportado a un país del que no es originario, lo que podría constituir una violación a derechos humanos básicos, como el debido proceso y el principio de no devolución.
En su comunicado, el gobierno sursudanés aseguró que la recepción de los deportados fue una muestra de “compromiso con la cooperación internacional y la responsabilidad humanitaria”. También se mencionó que las personas están siendo supervisadas por autoridades competentes y se encuentran bajo proceso de verificación y evaluación de seguridad.
“En un espíritu de respeto mutuo y solidaridad, Sudán del Sur respondió positivamente a la solicitud de Estados Unidos como un gesto de buena voluntad”, expresó el Ministerio de Exteriores.
El gobierno no respondió directamente a las preocupaciones por los antecedentes penales de algunos de los deportados, aunque se han difundido reportes no confirmados de que varios tenían condenas en EE.UU.
Desde su regreso a la presidencia en enero de 2025, Donald Trump ha reactivado su política de deportaciones masivas, una de sus principales promesas de campaña. Su administración ha sido acusada por múltiples organizaciones internacionales de violar derechos humanos, al realizar expulsiones exprés a países inseguros o no vinculados con el origen de los migrantes.
El caso de Jesús Muñoz es uno de los más extremos hasta ahora, al ser enviado a Sudán del Sur, el país más joven del mundo y también uno de los más pobres y conflictivos, con recientes episodios de violencia política y crisis humanitaria.
La situación ha encendido alarmas entre defensores de migrantes, quienes señalan que este tipo de medidas podría abrir la puerta a deportaciones arbitrarias sin respaldo legal, incluso a países sin vínculos consulares ni culturales con los migrantes.
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