LOS REYES LA PAZ, ESTADO DE MÉXICO — El brutal asesinato de Fernandito, un niño de apenas cinco años, ha generado indignación nacional, no solo por la crueldad del crimen, sino por las omisiones de las autoridades que ignoraron múltiples alertas vecinales antes de que el menor fuera asesinado.
El pequeño fue secuestrado el 28 de julio por un grupo de prestamistas, quienes lo retuvieron como garantía de una deuda de mil pesos que su madre no pudo pagar. Durante días, vecinos escucharon gritos, notaron que el niño estaba golpeado y denunciaron el maltrato ante autoridades y al DIF, sin obtener respuesta.
El cuerpo del menor fue encontrado el 5 de agosto, envuelto en bolsas de plástico y en estado de descomposición, dentro de una vecindad ubicada en la colonia Ejidal El Pino, en el municipio de Los Reyes, La Paz. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) realizó un cateo en el lugar guiados por el olor fétido y localizó el cuerpo dentro de una habitación.
Su madre reconoció los restos como los de Fernandito. Las autoridades confirmaron que tres personas fueron detenidas durante el operativo y están bajo investigación por su presunta participación en el crimen.
Vecinos declararon que el niño era tratado “como un perro”, que lo amarraban, le lanzaban la comida al suelo y lo obligaban a comer de esa forma. “Lo tenían golpeado, gritaba, pedía ayuda, estaba lleno de moretones”, relató Karen Reséndiz, una vecina de la zona.
Otros testimonios aseguran que el niño logró asomarse varias veces pidiendo auxilio, pero que el DIF y la Fiscalía no atendieron los llamados. “Nos dijeron que solo los familiares podían denunciar”, denunciaron.
El caso ha provocado un fuerte reclamo social contra las instituciones encargadas de la protección infantil. Usuarios en redes sociales, vecinos y organizaciones ciudadanas acusan al DIF estatal y a la Fiscalía mexiquense de negligencia y omisión.
“Esta tragedia se pudo evitar si hubieran escuchado”, escribieron ciudadanos indignados en redes.
El Gobierno Municipal de La Paz emitió un comunicado lamentando la muerte de Fernandito y prometió que el DIF ofrecerá apoyo jurídico a la familia, pero no ha explicado por qué no actuaron ante las denuncias previas.
Fernandito era un niño de cinco años que vivía en condiciones precarias, según relataron vecinos. Su madre, en situación vulnerable, recurrió a préstamos informales, lo que terminó por costarle a su hijo la vida. El caso pone sobre la mesa el riesgo de las deudas con prestamistas ilegales, pero sobre todo la inoperancia institucional frente a señales de violencia infantil.
Las tres personas detenidas vivían desde hace años en la casa donde fue encontrado el cuerpo. Según testimonios, eran conocidos como prestamistas, pero no convivían con nadie y generaban desconfianza en la comunidad.
La Fiscalía continúa con las investigaciones, mientras el país entero clama justicia para Fernandito.
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