México.-Durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se ha visto, en diversas ocasiones, que el mandatario nacional y la prensa tienen desacuerdos. Muchas de esas veces, AMLO muestra su molestia, atacando a los medios o directamente, a los periodistas. Sobre este tema habla el comunicador Carlos Loret de Mola en su columna Historias de Reportero de este jueves, titulada La época más oscura.
En ella, dice que en los últimos años, los mexicanos han sido testigos de cómo la relación prensa-poder de este sexenio se mantienen “las perores inercias del pasado”. Acusa que el dinero público es utilizado como instrumento de chantaje, amenaza y presión contra periodistas y dueños de medios de comunicación.
Asegura que lo que el presidente llama “ejercer derecho de réplica” no es contestar opiniones y reportajes, sino es retar a cualquier periodista que lo cuestiona a una pelea uno a uno que es totalmente desigual, pues el mandatario tiene mucho más poder.
Con el pasar de los años, dice el periodista, se ha visto un esfuerzo por silenciar a quienes han decidido no retroceder y seguir evidenciando “las sombras del autoritarismo que nos gobierna”. Señala que las presiones y amenazas no solamente afectan a quienes se presentan ante la sociedad para exponer información que permita a la las personas conocer la realidad que el gobierno intenta ocultar, sino también el gobierno intimida a los propietarios de los medios que desafían la narrativa oficial.
“El presidente lo ha confesado en la mañanera: él pide que controlen a sus periodistas, él no acepta que le digan que no se puede, él —descaradamente— fija las reglas: si ustedes no se metieran conmigo, yo no me estaría metiendo con ustedes. Un presidente con todo el poder y todo el descaro para abusar de él”, dice en su texto Loret de Mola.
Un reflejo de vulnerabilidad en la que se encuentra el periodismo en la actualidad, señala Loret, son los asesinatos impunes de periodistas, las amenazas diarias que reciben, los atentados como el sufrido por Ciro Gómez Leyva y el caso de Azucena Uresti.
A medida que se acercan las próximas elecciones presidenciales, los ataques, censura y persecución política se intensifica desde Palacio Nacional.
Cuenta que, a pesar de los intentos por tapar la corrupción detrás de las cortinas de poder, se han encontrado con mexicanas y mexicanos que comprenden que lo que están en juego es claudicar la razón ante la imposición. Dice que la sociedad crítica e informada “ha servido para resistir los intentos de convertir el ejercicio de la libertad de expresión en una competencia de sometimiento al presidente. Soy de los que todavía creen que esta partida la va a ganar el periodismo y la va a perder la propaganda”, concluye.