Vinculan atentados a hallazgo de cadáveres en vivienda relacionada con propietarios del negocio funerario
CIUDAD JUÁREZ.— En un hecho que ha generado conmoción en la ciudad, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) confirmó que la funeraria Del Carmen fue atacada en tres ocasiones distintas en menos de 24 horas, en una aparente escalada de violencia ligada a una investigación criminal.
Los ataques ocurrieron después del aseguramiento de tres cadáveres en una casa de la colonia Arroyo Colorado, inmueble que, según versiones oficiales, pertenecería a personas vinculadas a los dueños de la funeraria.
Primero un ventanal roto… luego dos ataques más en distintos puntos
El primer atentado se registró la tarde del jueves 25 de julio, cuando individuos no identificados rompieron un ventanal de la sucursal principal, ubicada en la esquina de las calles 16 de Septiembre y Níquel.
Horas después, dos ataques más fueron reportados en instalaciones vinculadas a la misma funeraria, aunque en diferentes ubicaciones, confirmó la SSPM.
Policía despliega vigilancia y Fiscalía ya investiga
Ante la secuencia de hechos, la Policía Municipal montó un operativo de vigilancia en los inmuebles afectados, mientras que la Fiscalía General del Estado (FGE) analiza los posibles vínculos entre los atentados y el hallazgo de los tres cuerpos en la colonia Arroyo Colorado.
La vivienda donde se encontraron los cadáveres estaría relacionada con los propietarios del negocio funerario, lo que ha generado especulaciones sobre una posible línea de investigación relacionada con crimen organizado o ajustes de cuentas.
Hasta ahora, no se han registrado detenciones, pero las autoridades aseguran que mantienen coordinación para esclarecer los hechos.
Contexto: cuerpos hallados y señales de advertencia
El caso tomó notoriedad luego de que se revelara que los tres cadáveres asegurados en Arroyo Colorado fueron localizados con signos de violencia, y se especula que el móvil podría estar relacionado con disputas por control territorial o actividades ilícitas encubiertas bajo una fachada legal.
Estos ataques consecutivos contra una funeraria, institución que usualmente queda fuera del radar de la violencia directa, evidencian una escalada preocupante en los niveles de impunidad e intimidación en la ciudad.