Ciudad Juárez.– La tarde cayó pesada en la colonia Bellavista cuando agentes de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) irrumpieron en una casa de seguridad que operaba silenciosamente como punto de distribución y refugio para presuntos integrantes del crimen organizado.
El operativo terminó con 10 personas detenidas, aseguramiento de armas de uso exclusivo, dosis de cocaína, vehículos de lujo y un interrogante que se repite en Ciudad Juárez cada semana: ¿hasta dónde puede soportar un sistema penitenciario que crece más rápido que cualquier estrategia de seguridad?
Los detenidos, según las primeras versiones, serían enviados al Cereso estatal número 3, un lugar que ha entrado a su etapa más crítica de sobrepoblación y desgaste institucional.
Los agentes irrumpieron en un domicilio ubicado en Bellavista, donde localizaron:
Armas largas y cortas, algunas de uso exclusivo
Dosis empaquetadas de cocaína listas para distribución
Dos vehículos de lujo utilizados presuntamente para actividades ilícitas
Radios, chalecos y equipo táctico
Las personas detenidas fueron identificadas como:
José Luis
Alan
Axel
Christian
Ernesto
Miguel Ángel
Otro José Luis
Daisy
Vanessa
Karla
Diez nombres diferentes, una misma ruta hacia el penal.
Todos quedaron a disposición de la Fiscalía estatal, que integrará la carpeta por delincuencia organizada, delitos contra la salud y portación de armas de fuego.
De acuerdo con datos publicados en la portada de El Diario y confirmados por fuentes internas del sistema penitenciario, el Cereso 3 incrementó su población en un 50.74% en la última década, alcanzando un máximo histórico de 4,602 personas privadas de la libertad en octubre.
La cifra lo coloca como uno de los centros con mayor saturación del país.
En Juárez se detiene:
Cada semana a integrantes de células criminales
Personas vinculadas a robos violentos
Narcomenudistas
Implicados en homicidios
Personas procesadas por delitos menores que tardan meses en recibir sentencia
Pero las salidas no alcanzan el ritmo de los ingresos.
Esto genera tres consecuencias:
Hacinamiento prolongado
Incremento de violencia intrapenitenciaria
Mayor control interno de grupos criminales
Organizaciones civiles, exagentes penitenciarios y especialistas han advertido que el Cereso 3, como muchos otros del país, funciona bajo una dinámica donde:
Los internos crean jerarquías criminales
Se recluta a jóvenes recién detenidos
Se planifican actividades delictivas desde adentro
Las carencias institucionales permiten el fortalecimiento de grupos internos
Por ello, la pregunta central emerge de nuevo: ¿qué sirve capturar células criminales si el sistema penitenciario continúa reproduciendo las mismas estructuras que se buscan combatir?
La captura de los 10 presuntos integrantes evidencia una capacidad policial para detectar casas de seguridad.
Sin embargo, la lectura completa del problema muestra algo más profundo:
El flujo constante de detenciones responde a una descomposición social acelerada.
La violencia se recicla: se detiene a unos, pero surgen otros.
Las cárceles no rehabilitan; en varias ocasiones profesionalizan.
La prevención social del delito continúa rezagada.
En los últimos 5 años, el número de células desarticuladas en Juárez supera las 80 documentadas oficialmente. Pero las estructuras se reponen con rapidez.
La zona de Bellavista ha sido escenario frecuente de:
Cateos
Enfrentamientos
Aseguramientos de droga
Excavación de túneles clandestinos
Casas adaptadas para distribución de drogas
La población vive entre el miedo y la rutina: un operativo puede ocurrir en cualquier calle, a cualquier hora.
Los números del Cereso 3 revelan una fractura estructural:
Falta de espacios
Déficit de custodios
Niveles altos de violencia intramuros
Presión logística imposible de sostener
Incapacidad para procesos de reinserción
Los gobiernos han administrado la crisis, pero no la han resuelto.
Expertos en seguridad plantean que el sistema penitenciario requiere:
Nuevas instalaciones
Reingeniería institucional
Mayor presupuesto a reinserción
Clasificación real de internos
Separación efectiva entre delincuencia organizada y delitos comunes
Políticas de prevención en colonias de alto riesgo
Programas sociales que corten la raíz del reclutamiento criminal
Sin estos componentes, la captura de células será una victoria incompleta y temporal.
El operativo de Bellavista es un golpe policial, sí, pero no resuelve la pregunta más importante:
¿Qué está generando que tantas personas terminen integrando células criminales?
Factores como:
Pobreza estructural
Ausencia de oportunidades laborales
Deserción escolar
Consumo de drogas
Influencia de grupos delictivos en barrios vulnerables
siguen alimentando un sistema donde jóvenes y adultos entran a la delincuencia como única alternativa.
Mientras eso no cambie, cualquier cárcel —incluyendo el Cereso 3— seguirá al borde del colapso.
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