Aunque es divertido, al reventarlo pierde su función y contribuye a la contaminación
México.– Tronarlo es adictivo, relajante y hasta una costumbre para muchos, pero explotar el plástico de burbujas reduce su vida útil y aumenta la contaminación, advierten expertos en embalaje y medio ambiente. Este material, que llega comúnmente en paquetes y cajas, tiene una función crucial que se pierde con solo un apretón.
De protector a residuo plástico
El plástico de burbujas, conocido por su efectividad para proteger objetos frágiles durante el transporte, está diseñado con pequeñas cápsulas de aire que absorben impactos. Es además resistente al agua, fácil de doblar y reutilizable si se conserva en buen estado.
Pero al reventar esas burbujas, su capacidad protectora desaparece por completo, explican especialistas. Lo que antes era una herramienta útil para conservar objetos delicados, se convierte en un residuo más que termina en los tiraderos de basura.
“Es un material altamente reutilizable si no se daña. Si se conserva intacto, puede servir muchas veces. Pero si lo revientas, ya no sirve para nada”, indicó un experto en reciclaje consultado.
Impacto ambiental
A diferencia de otros plásticos, el plástico de burbujas no es fácilmente reciclable en la mayoría de los sistemas municipales de recolección, por lo que su destino suele ser el relleno sanitario. Tronarlo por diversión convierte un material de larga vida útil en basura de un solo uso.
Especialistas en sostenibilidad recuerdan que el problema no es solo la acumulación de residuos, sino la huella ecológica de fabricar más plásticos innecesarios cuando se desechan los que podrían reutilizarse.
Una práctica común que deberíamos reconsiderar
Aunque reventar burbujas puede parecer una actividad inofensiva e incluso terapéutica, los ambientalistas llaman a la reflexión:
“Si tienes una hoja de plástico de burbujas, no la revientes. Guárdala y vuelve a usarla. Puede proteger tu siguiente envío o ayudar a alguien a empacar sus pertenencias sin generar más residuos.”
Conservar este tipo de material sin dañarlo no solo es un acto de conciencia ambiental, sino también una forma de ahorrar recursos y contribuir, aunque sea de manera pequeña, a la reducción de plásticos en el entorno.