Eduardo Durán, el juarense que ha recorrido 138 países y promueve la imagen de Ciudad Juárez en el mundo
Recorrer el mundo entero es un sueño inalcanzable para la mayoría de las personas, pero para el juarense Eduardo Durán, de 40 años, se ha convertido en un estilo de vida. Con 138 países visitados, cientos de experiencias en los cinco continentes y una fuerte identidad fronteriza que lleva a todas partes, este viajero ha logrado lo que muchos apenas imaginan.
Eduardo salió de Ciudad Juárez cuando tenía 24 años para establecerse en Eslovaquia, país que se convirtió en su segundo hogar y desde donde emprendió una travesía que, con el tiempo, lo llevaría a acumular sellos de todos los rincones del planeta: desde la Antártida hasta el Medio Oriente, desde Asia hasta África, siempre llevando consigo algo más que una mochila: el orgullo de ser juarense.
A lo largo de su recorrido por 138 naciones, Eduardo asegura que en cada uno de ellos ha compartido lo mejor de Ciudad Juárez y de su gente. Desde conversaciones casuales en cafés europeos hasta largas charlas con otros exploradores en hostales de Asia, el juarense relata cómo su tierra natal se ha convertido en un eje constante de sus historias.
Para muchos extranjeros, la primera imagen de Juárez suele estar rodeada de estereotipos, pero Eduardo se encarga de contar la realidad cultural, gastronómica, cálida y resiliente de la frontera. La ciudad se convierte, gracias a él, en un referente de hospitalidad, lucha y crecimiento.
El recorrido de Eduardo es uno de los más extensos registrados informalmente por viajeros mexicanos. Entre los 138 países que ha visitado se encuentran algunos destinos comunes, pero también territorios remotos, complejos y poco explorados por turistas promedio.
Su lista incluye naciones como:
Albania, Andorra, Antártida, Argentina, Australia, Austria, Azerbaiyán, Baréin, Belice, Bolivia, Botswana, Camboya, Canadá, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Croacia, Cuba, Chipre, República Checa, Dinamarca, República Dominicana, Ecuador, Egipto, El Salvador, Inglaterra, Estonia, Etiopía, Finlandia, Francia, Georgia, Alemania, Gibraltar, Grecia, Groenlandia, Guatemala, Guernsey, Honduras, Hong Kong, Hungría, Islandia, India, Indonesia, Irán, Irlanda, Isla de Man, Israel, Italia, Japón, Jersey, Jordania, Kazajstán, Kenia, Kosovo, Kirguistán, Laos, Letonia, Lesotho, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Macao, Macedonia, Madagascar, Malawi, Malasia, Maldivas, Malta, Mauritania, Moldavia, Mónaco, Montenegro, Marruecos, Mozambique, Nepal, Países Bajos, Nueva Zelanda, Nicaragua, Irlanda del Norte, Noruega, Palestina, Panamá, Paraguay, Perú, Filipinas, Polonia, Portugal, Qatar, Rumania, Federación Rusa, Ruanda, San Marino, Escocia, Serbia, Seychelles, Singapur, Eslovenia, Sudáfrica, Corea del Sur, España, Sri Lanka, Suazilandia, Suecia, Suiza, Taiwán, Tayikistán, Tanzania, Tailandia, Túnez, Turquía, Uganda, Ucrania, Emiratos Árabes Unidos, Uruguay, Uzbekistán, Estado de la Ciudad del Vaticano, Venezuela, Vietnam, Gales, Sáhara Occidental, Zambia, Zimbabue, México, Eslovaquia y Estados Unidos.
Viajar por regiones culturalmente diversas también le ha permitido enfrentarse a entornos extremos: desiertos africanos, glaciares en la Antártida, montañas asiáticas, ciudades futuristas en Oriente Medio y antiguas civilizaciones en Medio Oriente.
Cuando tenía 24 años, Eduardo tomó la decisión que cambiaría su vida: dejar Juárez para instalarse en Eslovaquia. Lo que comenzó como una aventura se transformó en un proyecto de vida que le abrió las puertas a Europa Central y, posteriormente, al resto del mundo.
Desde su residencia en Bratislava, Eduardo comenzó a viajar por los países cercanos, aprovechando la conectividad del continente. Con el tiempo, su curiosidad lo llevó a cruzar fronteras cada vez más lejanas, sumando experiencias, culturas, idiomas y aprendizajes.
Aunque vive a miles de kilómetros de distancia, asegura que su identidad como juarense sigue siendo un motor fundamental. En cada viaje, en cada charla y en cada libro que escribe, Ciudad Juárez está presente como referencia obligada.
Además de sus viajes, Eduardo también ha explorado el mundo de la escritura. Ya ha publicado cuatro libros en los que narra sus experiencias, describe los destinos que ha conocido y comparte anécdotas que van desde lo inspirador hasta lo inesperado.
Sus obras destacan por su tono cercano, su narrativa accesible y su interés por mostrar el lado humano del viaje: los desafíos, los miedos, las coincidencias y las amistades que nacen en cualquier rincón del planeta.
Más que guías turísticas, sus libros funcionan como una invitación para perder el miedo a explorar el mundo y como una forma de demostrar que viajar no siempre requiere grandes recursos, sino determinación, paciencia y curiosidad.
Eduardo ha explicado en varias entrevistas que lo que más disfruta de viajar no son los paisajes, sino las personas. Para él, cada encuentro representa un puente entre realidades diferentes y una oportunidad para comprender cómo vive, piensa y siente la gente en distintas culturas.
Detalla que algunos de los destinos que más lo han marcado son países como:
Irán, por su hospitalidad
Japón, por su disciplina social
Madagascar, por la riqueza natural
Palestina, por su resistencia cultural
Nueva Zelanda, por su seguridad
India, por la espiritualidad
Ruanda, por su impresionante reconstrucción social
Cada país ha dejado una huella distinta en su vida, pero todos han reforzado su visión global y su compromiso por seguir viajando.
Aunque no trabaja formalmente en ninguna institución pública o turística, Eduardo es, en la práctica, un embajador global de Ciudad Juárez. Su presencia en foros internacionales, sus viajes documentados en redes sociales y su interacción con miles de personas de distintos países permiten que la imagen de la frontera se difunda desde una perspectiva positiva, humana y real.
Eduardo destaca que, para él, Juárez no es solo una ciudad de origen, sino una comunidad que le enseñó a ser resiliente, curioso y trabajador. Cada vez que alguien le pregunta de dónde es, comparte historias sobre la vida en la frontera, sobre la gastronomía local, sobre la cultura y sobre la calidez de su gente.
Aunque ya suma 138 países, Eduardo afirma que aún tiene destinos pendientes. Entre ellos:
Arabia Saudita
Papúa Nueva Guinea
Namibia
Kiribati
Mongolia
Bután
Su meta, asegura, es conocer todos los países reconocidos por la ONU y dejar un legado literario que inspire a otros a explorar el mundo con mente abierta y corazón juarense.
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