El es “Delta 1”, presunto líd3r de La Lín3a, ej3cut4do junto a dos policías
Ulises Nache Trujillo, identificado como operador de secuestros y extorsiones, cayó abatido dentro de un Oxxo; lo acompañaban dos policías municipales, uno de ellos armado.
Ciudad Juárez, Chihuahua.– La noche del 11 de agosto, Ulises Nache Trujillo, alias “Delta 1” o “Lucio”, señalado como presunto líder del grupo criminal La Línea, fue ejecutado de manera directa con tres disparos en la cabeza dentro de una tienda Oxxo en el fraccionamiento Jardines de Aragón. El ataque también cobró la vida de dos policías municipales activos que fungían como sus escoltas fuera de servicio.
De acuerdo con la Agencia Estatal de Investigación (AEI), el objetivo recibió una herida en la sien izquierda —detrás de la oreja— y dos impactos en la zona occipital, por detrás de la cabeza. Los calibres utilizados fueron 9 milímetros y .40.
El cuerpo de “Delta 1” quedó bocabajo, con raspones, moretones y manchas de sangre, justo frente a un congelador de helados dentro del Oxxo ubicado en el cruce de Paseo de Borja y Paseo de Aragón. A su alrededor había mercancía aún por acomodar.
Aunque la Fiscalía de Distrito Zona Norte no ha precisado el trayecto de los agresores, testigos reportaron detonaciones cerca del Centro Quirúrgico de Lourdes, a unos 150 metros del lugar donde finalmente fueron hallados los cuerpos. En las calles aledañas se localizaron tres vehículos vinculados con las víctimas:
Pickup Dodge RAM negra, cabina sencilla y modelo antiguo, con la puerta del conductor abierta. En su interior había una fornitura y cargadores; en el suelo, una pistola calibre 9 mm y seis casquillos percutidos.
Pickup Dodge RAM negra, doble cabina y modelo reciente, con la puerta del conductor abierta y un hombre sin vida frente a la unidad.
Vehículo Honda gris claro, también asegurado en la zona.
A sus 41 años, Ulises Nache Trujillo era considerado por la Fiscalía General del Estado como uno de los principales líderes de La Línea en Ciudad Juárez. La Fiscalía General de la República lo identificaba como operador de secuestros y extorsiones contra migrantes, principalmente centro y sudamericanos, además de posible colaborador en el tráfico de personas para otros cárteles.
Su nombre apareció en investigaciones relacionadas con túneles fronterizos, tráfico de drogas y control de bares utilizados presuntamente para lavado de dinero.
A pesar de su perfil criminal, la FGR confirmó que no existían órdenes de aprehensión activas en su contra al momento de su muerte. Tampoco se prevé que la Federación atraiga el caso, dejando la investigación al fuero común.
La FGE informó que dos de las víctimas eran elementos municipales activos. Solo uno de ellos portaba arma de fuego en el momento del ataque. Hasta ahora, no se ha esclarecido por qué los agentes protegían al presunto líder criminal mientras estaban fuera de servicio y portaban armamento oficial.
El caso ha desatado cuestionamientos sobre posibles vínculos entre corporaciones policiales y líderes del crimen organizado en la frontera.
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