Durango.– Un feminicidio seguido de suicidio conmocionó este martes al fraccionamiento Las Alamedas II, donde Jesús, de 23 años, asesinó a su pareja sentimental Sury, de apenas 16 años, y posteriormente se quitó la vida, todo esto frente a su hijo menor de edad, según confirmaron autoridades locales.
Los cuerpos fueron localizados al interior del domicilio con heridas de bala, mientras el bebé fue encontrado ileso, pero en condiciones de fuerte impacto emocional, al haber presenciado la tragedia.
Feminicidio y violencia machista
Julieta Camargo, presidenta de la organización Sí hay mujeres en Durango, informó que este caso representa el cuarto feminicidio del año en la entidad, una cifra que iguala los casos registrados a estas alturas en 2024.
“Es un patrón que se repite. Durante el año pasado, también se registraron feminicidios donde el agresor se suicida. Lo alarmante es que seguimos viendo víctimas menores de edad, en contextos de embarazo adolescente y violencia machista”, señaló la activista.
Camargo explicó que según su conteo, ya van seis mujeres asesinadas en 2025 en Durango, de las cuales cuatro casos califican legalmente como feminicidios, y advirtió que estos datos reflejan un grave problema social que no ha sido atendido a fondo por el Estado.
Un bebé huérfano y múltiples señales ignoradas
El caso ha generado indignación por el hecho de que el bebé quedó completamente solo, tras presenciar el asesinato de su madre y el suicidio de su padre, reflejando además el impacto del embarazo adolescente y las relaciones violentas en menores de edad.
En Durango está prohibido el matrimonio entre menores, pero como ha advertido la organización, muchas relaciones desiguales siguen ocurriendo fuera del marco legal, sin intervención oportuna por parte de las autoridades.
“El machismo está arraigado. El pensamiento de ‘eres mía y te puedo matar’ es una realidad presente en muchos agresores. Esto es justo lo que la alerta por violencia de género advertía, y requiere atención urgente con políticas de prevención y educación en masculinidades positivas”, concluyó Camargo.
El feminicidio de Sury se suma a una preocupante estadística en Durango, donde la violencia de género continúa cobrando vidas y dejando una profunda herida en la sociedad.
