Ciudad de México.– La Guardia Nacional (GN) está a punto de convertirse en una fuerza aún más militarizada. La presidenta Claudia Sheinbaum ha presentado una reforma constitucional que ampliaría sus funciones, permitiéndole participar en la defensa exterior del país, además de sus actuales tareas de seguridad pública e interior.
De acuerdo con la propuesta enviada al Congreso, la Guardia Nacional pasaría a tener un papel permanente dentro del esquema de fuerzas armadas mexicanas, bajo coordinación directa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Reforma con apoyo mayoritario de la 4T
Se espera que la reforma sea aprobada por mayoría en el próximo periodo legislativo que inicia en julio, gracias al control legislativo que mantiene el bloque de la Cuarta Transformación (4T).
Uno de los elementos centrales del proyecto es la armonización de leyes militares vigentes desde hace más de 90 años, como el Código de Justicia Militar de 1933, el cual contempla penas de entre tres y 60 años de prisión por deserción, dependiendo de la gravedad del caso.
La propuesta también ratifica que los elementos de la GN permanecerán bajo jurisdicción penal militar, lo que implica que sus actos serán juzgados dentro del sistema judicial castrense, no civil.
Inteligencia, justicia y defensa nacional
Con la reforma, la Guardia Nacional aumentará su presencia en regiones donde no hay cuerpos policiales, además de participar en labores de inteligencia y procuración de justicia, junto con otras dependencias.
Uno de los puntos más controversiales del documento es que la GN **podrá apoyar a las fuerzas armadas no solo en seguridad interior, sino también en tareas de defensa exterior, es decir, podría actuar en caso de guerra, bajo órdenes del Ejecutivo federal.
Este giro en las funciones de la Guardia Nacional reabre el debate sobre la militarización de la seguridad pública y el uso del Ejército en labores que tradicionalmente corresponden a autoridades civiles.