CIUDAD DE MÉXICO.– El mundo del rock y del heavy metal está de luto. Ozzy Osbourne, el inconfundible “Príncipe de las Tinieblas”, falleció este martes 22 de julio de 2025, semanas después de haber ofrecido su último concierto con Black Sabbath en Villa Park, Birmingham, el pasado 5 de julio. Su familia confirmó que el cantante murió rodeado de sus seres queridos, según reportaron medios británicos como The Guardian, The Times y Cadena SER.
Con su muerte, se cierra una de las páginas más influyentes de la historia de la música, un legado que marcó profundamente el sonido del rock, el metal y la cultura popular de las últimas cinco décadas.
John Michael “Ozzy” Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham, Inglaterra, y alcanzó la fama mundial como el vocalista original de Black Sabbath, agrupación que fundó en 1968 junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward. Con temas como Paranoid, Iron Man y War Pigs, Ozzy ayudó a fundar las bases del heavy metal, creando un sonido oscuro, potente y único que marcaría el rumbo de generaciones enteras.
Tras su salida de la banda en 1979, emprendió una carrera como solista que redefinió su estatus como estrella, con álbumes aclamados como Blizzard of Ozz y Diary of a Madman, donde temas como Crazy Train lo elevaron aún más como figura del género.
Además, con el reality show The Osbournes, emitido a principios de los 2000, Ozzy cruzó los límites del escenario para convertirse en una figura mediática global, compartiendo su vida cotidiana con millones de espectadores.
A pesar de que fue diagnosticado con Parkinson en 2020, y de que su salud se vio gravemente afectada por una caída y múltiples cirugías, Ozzy se despidió como leyenda: el pasado 5 de julio de 2025 se presentó por última vez en Villa Park, junto a la formación original de Black Sabbath.
El evento, titulado Back to the Beginning, fue descrito por críticos como “el mejor show de heavy metal de todos los tiempos”. Sentado en un trono, cantó por última vez himnos como Paranoid, ante una audiencia extasiada. La recaudación del evento —cerca de £140 millones— fue donada a fundaciones como Cure Parkinson’s y hospitales infantiles del Reino Unido.
Ya se ha confirmado que el concierto será lanzado en 2026 como una película titulada Back to the Beginning: Ozzy’s Final Bow.
Ozzy fue más que un rockero: fue un símbolo de lucha, sobrevivencia y reinvención. Vivió múltiples adicciones, controversias, operaciones, y un brutal accidente de cuatrimoto en 2003 que lo dejó con lesiones permanentes. Sin embargo, nunca se rindió, y su voz siguió sonando en escenarios hasta sus últimos días.
Su esposa Sharon Osbourne, y sus hijos Kelly, Jack y Aimee, emitieron un comunicado pidiendo respeto a su privacidad en estos momentos de profundo dolor. “Ozzy fue, es y será una luz oscura que iluminó el mundo de millones”, señalaron.
Con más de 100 millones de discos vendidos, múltiples premios, y una influencia palpable en cada rincón del rock pesado, Ozzy Osbourne deja un legado que no puede apagarse.
El mundo del metal no solo pierde a un ícono: pierde a su padre espiritual, su voz más estruendosa y su figura más humana.
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