Reynosa, Tamaulipas.- A una semana de la desaparición del Grupo Fugitivo, conformado por cinco jóvenes músicos del norte de México, el caso se ha tornado aún más confuso y doloroso. Las familias de las víctimas han denunciado irregularidades, falta de transparencia y mentiras por parte de las autoridades, al tiempo que exigen pruebas científicas que confirmen la identidad de los cuerpos calcinados hallados en un paraje solitario de Reynosa.
Los cinco integrantes —Víctor Manuel Garza, Francisco Xavier Vázquez, Nemesio Antonio Durán, Livan Edyberto Dolís y José Francisco Morales— desaparecieron el domingo 25 de mayo, tras dirigirse a una supuesta presentación musical en una palapa, que según investigaciones, nunca existió. Desde entonces, las familias emprendieron una intensa búsqueda y solicitaron ayuda a las autoridades.
El jueves 29 de mayo, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas reportó el hallazgo de cinco cuerpos calcinados, insinuando que podrían ser los músicos. Sin embargo, hasta el momento no se han entregado resultados de ADN, ni se ha realizado un reconocimiento oficial de los restos.
Las familias, indignadas, han manifestado que no han sido notificadas formalmente y que hasta que existan pruebas científicas, consideran que sus hijos siguen desaparecidos.
Nueve personas fueron detenidas durante los operativos de búsqueda. Según los informes oficiales, pertenecerían a la célula “Los Metros” del Cártel del Golfo, y estarían relacionados con la desaparición de los músicos. No obstante, el móvil del crimen sigue sin aclararse y no hay detalles concretos sobre cómo se habría producido la emboscada.
El lunes 27 de mayo, las familias fueron llamadas bajo el argumento de que los músicos habían sido localizados con vida. Al llegar, descubrieron que no era cierto. “Nos mintieron, jugaron con nuestro dolor”, expresó Sony Bernal, expareja de uno de los integrantes, quien responsabilizó directamente al gobernador Américo Villarreal y al secretario de Seguridad Pública estatal por propagar información errónea.
Según el colectivo “Amor por los Desaparecidos”, los músicos fueron llevados con engaños a una dirección falsa, donde no había fiesta ni personas esperando, sino una emboscada. La activista Edith González asegura que el caso presenta patrones de desapariciones forzadas relacionadas con el crimen organizado.
El Grupo Fugitivo era conocido por tocar en bodas, ferias y eventos familiares. Soñaban con alcanzar un lugar en el panorama musical del norte del país. Hoy, sus familias solo piden lo mínimo: la verdad, justicia y respeto ante el dolor.
Mientras la Fiscalía de Tamaulipas asegura que sigue investigando, crecen las voces que exigen rendición de cuentas y pruebas verificables que disipen la sombra de la impunidad.
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