San Quintín, Baja California.– Ocho cuerpos fueron localizados en una fosa clandestina cerca de la Misión de San Borja, en el municipio de San Quintín, tras un operativo encabezado por la Fiscalía General del Estado y elementos del Ejército Mexicano, en respuesta a una denuncia anónima sobre la presencia de restos humanos en un camino de terracería.
El macabro hallazgo ocurrió el pasado viernes 6 de junio y ha causado conmoción entre los residentes y colectivos de búsqueda de personas desaparecidas.
Las víctimas podrían ser jóvenes desaparecidos en Bahía de los Ángeles
De acuerdo con las primeras investigaciones, los restos podrían corresponder a ocho jóvenes —algunos de ellos menores de edad— quienes fueron reportados como desaparecidos esta misma semana. Según versiones de familiares y activistas, los jóvenes fueron vistos por última vez cuando viajaban en una camioneta Tahoe con rumbo a Nuevo Rosarito, tras haber salido de Bahía de los Ángeles.
Colectivos como Madres Buscadoras de Baja California ya habían alertado sobre la desaparición de este grupo, e incluso difundieron sus nombres y fotografías a través de redes sociales y medios locales.
Omisiones y lentitud en la respuesta oficial
Organizaciones de familiares de personas desaparecidas denunciaron omisiones graves por parte de las autoridades durante los primeros días de búsqueda, incluyendo la falta de celeridad en el análisis forense y en la entrega de certificados de defunción, una situación que, lamentan, es común en estos casos y revictimiza a las familias.
“Lamentamos profundamente que las instituciones no actúen a tiempo. Si nos hubieran escuchado desde el primer día, tal vez hoy estos jóvenes estarían vivos”, expresó una madre buscadora en entrevista para medios locales.
Indignación por la crisis de desapariciones
Este caso vuelve a poner en evidencia la grave crisis de desapariciones en México, particularmente en estados fronterizos como Baja California, donde la violencia relacionada con el crimen organizado ha convertido caminos rurales, pozos y zonas deshabitadas en cementerios clandestinos.
A pesar de los múltiples llamados por parte de colectivos de búsqueda, la impunidad y la falta de protocolos eficaces continúan siendo parte del problema.