Ciudad de México.– Es completamente falso que la presidenta Claudia Sheinbaum haya ordenado la detención de la ex primera dama Angélica Rivera, conocida como “La Gaviota”, por supuestos actos de corrupción o vínculos con el narcotráfico, como aseguran diversas publicaciones virales en redes sociales.
Un video que circula en plataformas como Facebook y X (antes Twitter) afirma que Rivera está detenida y enfrenta cargos por narcotráfico y desvío de recursos, incluso acompañando el clip con frases como “es una narcotraficante” y supuestas declaraciones de Sheinbaum comparándola con El Chapo Guzmán.
No existe ninguna orden de aprehensión
Una revisión en fuentes confiables, como la Agencia EFE, Google y medios nacionales, no encuentra prueba alguna de que se haya emitido una orden de arresto contra Angélica Rivera. Ninguna autoridad mexicana ha confirmado dicha detención, ni existe expediente judicial que la involucre en investigaciones recientes.
Además, la Constitución mexicana es clara: el presidente no tiene la facultad de ordenar arrestos, ya que esta atribución corresponde únicamente a jueces de control y al Ministerio Público.
Rivera continúa en libertad
Lejos de estar detenida, Rivera ha sido vista en eventos públicos y ha compartido actividades personales en sus redes sociales. Fue vista en el concierto de Shakira en Ciudad de México y también publicó desde Los Ángeles, California, agradeciendo el apoyo a su nuevo proyecto televisivo “Con esa misma mirada”.
Frase atribuida a Sheinbaum fue sacada de contexto
Otra de las falsedades difundidas es que Claudia Sheinbaum comparó a Rivera con Joaquín “El Chapo” Guzmán. En realidad, la frase fue pronunciada en octubre de 2024, pero estaba dirigida al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, condenado por narcotráfico en Estados Unidos.
Conclusión
No hay ninguna orden de captura contra Angélica Rivera, la presidenta Claudia Sheinbaum no tiene facultades judiciales para emitir detenciones, y la frase viral fue malinterpretada y sacada de contexto. Este caso refleja una vez más cómo la desinformación se propaga rápidamente en redes, sin evidencia ni sustento legal.