OJINAGA, CHIHUAHUA.– Un joven de origen estadounidense fue asesinado a tiros en pleno centro de Ojinaga, durante un ataque armado que sembró el pánico entre locales y visitantes la noche del fin de semana. La víctima fue identificada como Alan Valenzuela, de 20 años, residente de Presidio, Texas, quien había cruzado la frontera para pasar el fin de semana con amigos.
De acuerdo con información del jefe adjunto del Sheriff del Condado de Presidio, Joel Núñez Jr., los disparos habrían sido aleatorios, y Valenzuela fue alcanzado mientras se encontraba en un establecimiento concurrido, frecuentado por jóvenes de ambos lados de la frontera.
El ataque ocurrió en una zona conocida por recibir a visitantes de Texas, quienes cruzan habitualmente para disfrutar del ambiente nocturno. Sin embargo, esta vez el lugar se convirtió en escena de violencia descontrolada que terminó con la vida de un joven inocente.
“Fue algo completamente inesperado, todos estaban pasándola bien y de repente comenzaron los disparos”, narró un testigo. La noticia ha generado conmoción en ambas comunidades fronterizas, especialmente porque Alan era muy conocido entre los jóvenes locales.
La familia de Alan Valenzuela exige justicia, así como garantías de seguridad para quienes cruzan la frontera en busca de esparcimiento. “Esto no debería pasar. Él solo quería divertirse, no morir a balazos”, expresó un familiar que pidió anonimato.
Además de la presión social, el caso ha provocado que autoridades estadounidenses se involucren directamente en la investigación, tanto a nivel estatal como federal, en colaboración con sus contrapartes mexicanas.
Agencias de EE.UU. y México trabajan en conjunto para reconstruir los hechos del ataque y determinar quiénes participaron, ya que no se descarta que se trate de grupos armados locales, aunque todavía no se ha establecido un móvil claro.
La Fiscalía del Estado de Chihuahua no ha dado mayores detalles sobre detenidos o sospechosos, pero se espera que las próximas horas sean clave en la recopilación de pruebas y el seguimiento a las cámaras de videovigilancia.
Este asesinato ocurre en un momento en el que Ojinaga busca impulsar el turismo fronterizo y atraer inversión, pero la violencia creciente podría afectar la percepción de seguridad, tanto para mexicanos como para estadounidenses que cruzan habitualmente.
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