Culiacán, Sinaloa.– La muerte de Humberto Figueroa Benítez, alias “El Perris” o “El 27”, reveló nuevas piezas del rompecabezas criminal que rodeó al fallido operativo de captura de Ovidio Guzmán en octubre de 2019, conocido como el Culiacanazo.
Videos que circulan en redes sociales muestran a “El Perris” tirado en el suelo, empuñando un rifle Barrett M82 calibre .50, arma de alto poder, disparando contra elementos del Ejército mexicano, durante los caóticos enfrentamientos registrados en Culiacán hace cinco años.
“El Perris”, pieza clave en la estructura de Los Chapitos
De acuerdo con declaraciones de Omar García Harfuch, actual secretario de Seguridad federal, Figueroa Benítez fue uno de los principales orquestadores de los ataques armados contra las fuerzas federales que intentaban capturar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“Estaba relacionado con múltiples homicidios, secuestros y atentados que atentaban contra la paz de la sociedad sinaloense”, indicó el funcionario.
Fue abatido en Navolato, Sinaloa
“El Perris” fue abatido la mañana de este viernes durante un enfrentamiento con fuerzas federales en la comunidad de Bariometo, municipio de Navolato, donde elementos del Ejército fueron atacados por hombres armados en un intento de impedir su detención.
El operativo dejó al menos dos militares heridos, mientras que otras tres personas murieron, entre ellas el propio Figueroa Benítez, considerado un objetivo prioritario tanto por autoridades mexicanas como estadounidenses.
La DEA ofrecía un millón de dólares por su captura
Antes de su muerte, “El Perris” era buscado por la DEA, que ofrecía una recompensa de hasta un millón de dólares por información que llevara a su captura. Estaba señalado como operador clave en el tráfico de fentanilo, así como por la posesión de armas de alto poder y lavado de dinero.