Estados Unidos.-Cuando el riñón de John Ivanowski comenzó a mostrar signos de fallo, su vida se convirtió en una encrucijada médica y emocional. La donante más probable, su hija Delayne, se ofreció inmediatamente a ayudar, pero para Ivanowski, la negativa a aceptar su generosa oferta no fue una mera decisión médica.
Ivanowski explicó su reticencia, yacía en una herida profunda y dolorosa en su corazón. Quince años antes, su hijo, Dawson, había perdido la batalla contra el cáncer, un golpe devastador que dejó una marca imborrable en la familia.
La idea de que su hija pasara por una cirugía, incluso si no presentaba riesgos, era más de lo que podía soportar. Para él, Delayne era “lo único que tenía”, un vínculo indeleble con el hijo que ya no estaba.
Sin embargo, lo que John Ivanowski no sabía era que su hija, en un acto de amor inquebrantable, había estado trabajando en silencio durante un año con el Centro de Trasplantes del Hospital Barnes Jewish en St. Louis. Se sometió a rigurosas pruebas médicas y siguió los protocolos necesarios para convertirse en donante, manteniendo en secreto su plan audaz hasta el último momento.
El momento en que John Ivanowski descubrió lo que su hija había hecho fue un torbellino de emociones inimaginables. “Empecé a llorar”, confesó. La sorpresa, la incredulidad y la gratitud se mezclaron en una tormenta de sentimientos que desafió cualquier intento de racionalización.
Father finds out his anonymous kidney donor is his daughter pic.twitter.com/hIhXYjps7y
— Crazy Clips (@crazyclipsonly) July 24, 2023
Con Información de Comunicado