El influencer regiomontano afirma que la polémica por violencia política de género lo ha colocado “en el centro de la conversación” y lo impulsa hacia la política local.
Monterrey, N. L.– Adrián Marcelo, conductor e influencer regiomontano, sorprendió a sus seguidores al declarar en redes sociales que su mirada está puesta en la alcaldía de Monterrey. El anuncio no fue directo, pero sí lo suficientemente claro como para detonar un intenso debate político y mediático.
El mensaje llega a pocos días de que el Tribunal Electoral de Nuevo León sancionara por violencia política de género a Mariana Rodríguez, titular de la Oficina Amar a Nuevo León, tras un incidente mediático que generó múltiples reacciones. En ese contexto, Marcelo publicó:
“La denuncia por violencia política de género me impulsa, me pone justo donde tengo que estar: en la conversación. Sin quererlo, me acercaron más a algo que para mí es inevitable: ser alcalde de Monterrey”.
Una estrategia mediática en campaña anticipada
Aunque aún no ha confirmado partido político ni registro oficial, sus declaraciones han sido interpretadas como el inicio de una precampaña no oficial. Analistas locales señalan que su estilo directo y su manejo de redes sociales le dan ventaja para posicionarse en un electorado joven, pero también lo colocan en el centro de la controversia.
Reacciones encontradas
Las redes sociales se llenaron de comentarios tras su anuncio. Algunos usuarios aplauden su audacia y capacidad para capitalizar la atención mediática, mientras que otros lo acusan de utilizar un caso de violencia de género como trampolín político.
En tanto, simpatizantes de distintos partidos han comenzado a especular sobre quién podría ofrecerle una candidatura, considerando que su popularidad digital podría traducirse en votos.
El siguiente paso
Hasta el momento, no hay un pronunciamiento oficial de Marcelo sobre fechas, partido o plan de trabajo, pero sus declaraciones han dejado claro que su intención es dar el salto del entretenimiento a la política.
Si decide registrarse, competirá en un escenario político local marcado por la presencia de figuras mediáticas, el poder de las redes sociales y una ciudadanía dividida entre el escepticismo y la curiosidad.