Jessica enfrenta hospitales sin insumos, recetas imposibles y un mercado negro que se aprovecha de la desesperación
Ciudad de La Habana.– La imagen de Jessica Rodríguez, una madre cubana de 28 años, cargando a su hijo de cuatro años mientras recorre las farmacias vacías de la capital en busca de medicamentos, se ha convertido en símbolo de una crisis humanitaria silenciosa que sacude a la isla: la escasez crónica de medicinas en Cuba.
Luis Ángelo, su pequeño, sufre múltiples afecciones: asma, epilepsia, cardiopatía leve y un severo daño en el esófago que le impide alimentarse con normalidad. Su esperanza de vida depende de un trasplante que no llega, y de un tratamiento constante que —al igual que miles de cubanos— simplemente no pueden obtener.
70% del cuadro básico de medicamentos está en falta
Según datos oficiales y organizaciones médicas independientes, más del 70% de los medicamentos esenciales están ausentes en las farmacias de la isla. Esto incluye antibióticos, analgésicos, anticonvulsivos, medicamentos cardiovasculares y fármacos oncológicos.
Los hospitales públicos —aunque gratuitos en teoría— carecen de insumos básicos. Los pacientes deben llevar desde jeringas hasta sábanas. En el caso de Luis Ángelo, su madre ha tenido que conseguir anticonvulsivos por vías alternativas, pagando precios desorbitados en el mercado informal.
El mercado negro: última y costosa opción
Con un salario mensual promedio de 6,500 pesos cubanos, y medicamentos que se venden por fuera hasta en 450 pesos por blíster, la economía del dolor se ha convertido en la única vía para sobrevivir. La falta de regulación ha permitido que redes de reventa proliferen, abastecidas en muchos casos por robos hospitalarios o compras del extranjero.
“Un día no había salbutamol, al otro no había anticonvulsivos. Y si no lo consigo, mi hijo convulsiona toda la noche”, relata Jessica. “Yo no duermo, porque mientras él respira, yo lucho por que siga vivo”.
Palomas: una red solidaria que salva vidas
Frente a esta realidad, ha surgido “Palomas”, un proyecto ciudadano que desde 2021 distribuye medicamentos de forma gratuita. Se basa en donaciones, envíos del extranjero y una red digital que conecta a quienes tienen medicamentos con quienes los necesitan.
Hasta la fecha, más de 179 mil personas han sido beneficiadas por esta red, que funciona principalmente por Telegram y WhatsApp. Jessica ha recurrido a ellos más de una vez, pero reconoce que la demanda es inmensa y los recursos limitados.
Una crisis que no distingue edad, pero sí esperanza
La situación de Jessica y su hijo no es única. En cada barrio de Cuba hay historias similares: ancianos sin antihipertensivos, niños sin antibióticos, mujeres embarazadas sin vitaminas prenatales. Lo que antes era gratuito y garantizado, hoy es una lotería de vida o muerte.
Organismos internacionales han denunciado la crisis humanitaria en la isla, pero el gobierno cubano insiste en que las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos agravan la situación. No obstante, miles de ciudadanos sostienen que la corrupción interna y la mala administración también han contribuido al colapso del sistema de salud.