Regina Higuera, madre y abuela, cruzó a los 15 años; hoy vuelve a Guerrero por miedo a ser detenida por ICE
Ciudad de México.– Regina Higuera es el rostro humano detrás de una decisión dolorosa pero cada vez más común: la auto deportación por miedo a las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Estados Unidos. Luego de 36 años viviendo en el país vecino, esta mujer mexicana, madre de ciudadanos estadounidenses, decidió regresar por voluntad propia a Guerrero, su estado natal, para evitar el riesgo de ser arrestada y deportada por la fuerza.
Su historia, difundida por CBS News y replicada en medios nacionales e internacionales, ha generado una ola de comentarios de solidaridad, indignación y reflexión sobre la política migratoria en EE.UU. durante la nueva administración de Donald Trump.
Una vida construida desde la nada
Regina Higuera cruzó la frontera cuando tenía apenas 15 años, con la ilusión de trabajar y mejorar sus condiciones de vida. Comenzó a laborar en fábricas textiles y, aunque en un principio su plan era permanecer solo unos años, el destino la llevó por otro camino.
Se enamoró, formó una familia, tuvo hijos, y más adelante nietos. Todos ellos nacieron en Estados Unidos y adquirieron la ciudadanía estadounidense. Para ella, el país se convirtió en su hogar, aunque siempre en condición de indocumentada.
“No le gustaba la incertidumbre de que alguien pudiera entrar a su casa, o a su trabajo, o que la detuvieran en la calle y le dijeran: ‘Oh, ahora estás en México’”, relató su hija Julie Ear a CBS News.
El miedo que la hizo volver
La decisión de Regina de auto deportarse surgió tras el incremento de redadas masivas de ICE en distintas ciudades, incluyendo comunidades con baja incidencia delictiva.
Aunque nunca tuvo antecedentes penales, pagaba impuestos y se mantenía en regla en lo que podía, el miedo a una deportación forzada creció en su entorno. Su hija relató que las redadas ya habían comenzado a extenderse por varios estados y que era cuestión de tiempo para que llegaran a su comunidad.
“Sabíamos que eventualmente nos iba a tocar. Nadie está a salvo. Nadie está completamente protegido”, expresó Julie.
Regina decidió entonces poner fin a su vida en EE.UU. y regresar a Guerrero, donde vive ahora con su madre. Lo hizo por dignidad, por miedo y por amor a su familia, prefiriendo despedirse en sus propios términos antes que ser arrestada frente a sus nietos.
“No recibió nada, pero dio todo”
La historia de Regina pone sobre la mesa la realidad de millones de inmigrantes indocumentados que contribuyen diariamente a la economía estadounidense, sin recibir a cambio derechos o beneficios sociales.
Julie Ear enfatizó que su madre no recibía pensión, ni asistencia médica, ni apoyo alimentario, a pesar de haber contribuido con sus impuestos por décadas:
“Ella ha estado pagando impuestos cada año. No tiene un 401(k), no recibió cupones de alimentos, ni seguro social. La gente viene aquí a trabajar. Y no es ilegal querer trabajar”, afirmó.
Entre la tristeza y la paz: la nueva vida en México
Desde Guerrero, Regina Higuera habló en videollamada con su familia y expresó sentimientos encontrados. Aunque está en paz y libre del miedo que vivía en EE.UU., confesó sentirse desorientada luego de tres décadas fuera de su país natal.
“Estoy feliz porque ya no tengo estrés, pero hay momentos en los que pienso en todos ustedes y me pongo triste. Tengo una hija tan fuerte. Desde muy pequeña le enseñé que tenemos que ser fuertes sin importar la situación en la que nos encontremos”.
Para ella, la separación física no rompe los lazos familiares, aunque reconoce que la distancia es dolorosa.
El drama de la auto deportación en Estados Unidos
La historia de Regina no es única. Desde que Donald Trump volvió a la presidencia en enero de 2025, la política migratoria se ha endurecido notablemente. Se han reinstalado programas como “Permanezcan en México” y han aumentado los operativos de detención contra indocumentados, sin importar si tienen historial criminal o no.
Activistas de derechos humanos reportan que más familias han optado por salir voluntariamente del país antes de ser arrestadas por agentes de ICE, especialmente padres y abuelos que no desean que sus hijos o nietos presencien una deportación violenta.
Entre el miedo y la esperanza
Mientras tanto, miles de inmigrantes en EE.UU. viven en la sombra, evitando espacios públicos, dejando trabajos o incluso dejando de llevar a sus hijos a la escuela por temor a ser detectados.
Otras familias, como la de Regina, viven con la esperanza de un posible alivio migratorio, pero la incertidumbre persiste. Las comunidades migrantes han organizado redes de apoyo para informar sobre derechos legales y cómo actuar en caso de redadas.
Una historia que refleja a millones
La historia de Regina Higuera ha sido ampliamente comentada en redes sociales y medios internacionales, no solo por la dureza de su decisión, sino porque refleja la experiencia de millones de migrantes invisibles que han levantado a pulso la economía de EE.UU., sin ser reconocidos ni protegidos.
Conclusión
La decisión de auto deportarse después de 36 años en EE.UU. es una muestra del profundo temor y desprotección que enfrentan los migrantes indocumentados. Regina Higuera eligió regresar a México, pero dejó atrás a toda su familia, sus nietos, su hogar y su historia.
Es un caso que deja al descubierto las consecuencias humanas de políticas migratorias inflexibles, y pone sobre la mesa una pregunta urgente: ¿qué tanto puede una nación depender del trabajo de los indocumentados, mientras los condena a vivir con miedo?