Miami.– La tragedia volvió a sacudir a Estados Unidos este jueves, luego de que Phoenix Ikner, estudiante de 20 años de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee, protagonizara un tiroteo en el campus universitario que dejó dos muertos y siete heridos.
El joven, hijo de una oficial del Departamento del Alguacil del condado de Leon, utilizó una pistola propiedad de su madre para perpetrar el ataque alrededor del mediodía. El campus, con una población estudiantil de aproximadamente 40 mil personas, permaneció cerrado por tres horas mientras se aseguraba el perímetro.
Las víctimas mortales no eran estudiantes de la universidad, según confirmaron las autoridades. Este hecho se convierte en el sexto tiroteo masivo registrado en Estados Unidos en lo que va de 2025, de acuerdo con Gun Violence Archive.
El tirador era conocido por su cercanía a la policía
Ikner, estudiante de ciencias políticas, resultó herido al confrontar a la policía y fue trasladado a un hospital. Se negó a rendir declaración, invocando su derecho al silencio.
El sheriff Walt McNeil reveló que el joven era miembro del Consejo Asesor Juvenil del departamento del alguacil, por lo que tenía experiencia con armas.
“Este suceso es trágico en más sentidos de los que pueden imaginar”, expresó McNeil. “Nos aseguraremos de que haya consecuencias y de enviar un mensaje claro: esto no será tolerado en el condado de Leon, ni en ningún lugar del país”.
El arma era propiedad de su madre
Una de las tres armas halladas en la escena era propiedad de la madre del tirador, la alguacil Jéssica Ikner, quien había adquirido el arma tras un cambio en su equipo de dotación. McNeil destacó que la agente había ofrecido “un servicio excepcional durante más de 18 años”.
En redes sociales, un perfil que habría pertenecido a Ikner lo describía como “viajero, amante de la historia y adicto al café”.